Apocalispis fotográfico

En el intervalo de los últimos tres meses , tres compañías han anunciado que van a reorganizar su negocio fotográfico. Panasonic va a reducir su división fotográfica y colocarla dentro de la división de electrónica de consumo. Ricoh, dueña de Pentax, pretende replantearse su estrategia en el negocio fotográfico. Y Nikon, tras un récord de pérdidas, anunció la cancelación de una nueva gama de compactas avanzadas, el despido de personal y una reorganización de la empresa.

¿Es posible imaginar que desaparezcan los negocios fotográficos de Panosonic, Ricoh, Pentax y Nikon? Mientras las marcas no paran de sacar modelos todos los años, dando una imagen de una negocio imparable y creciente, las cifras económicas son menguante. El negocio fotográfico quedó tocado cuando los móviles empezaron a incorporar cámaras de varios megapíxeles con flash, capaces de cumplir las necesidades mínimas del consumidor medio. Las compactas avanzadas, las cámaras sin espejo y las réflex quedaron convertidas en productos nicho para esa minoría de aficionados a la fotografía y profesionales.

Si todos esos malos vaticinios se cumplen, sólo quedarían cuatro marcas generalistas: Canon (el estándar para profesionales), Sony (aspirante a marca profesional) y las dos marcas que se han labrado una imagen de objeto de deseo por su estética retro: Olympus y Fuji. Al final, esa tendencia que tantas veces comenté aquí de apelar a la nostalgia fotográfica puede que haya sido la solución a la crisis del sector.

 

¿Encontrará Pentax un camino?

Hay una maldición que condena a que el mercado dé la espalda a todas aquellas marcas o tecnologías que tienen mi aprobación. Sean fabricantes de móviles como Nokia y Blackberry, sean dispositivos como los lectores de libro electrónicos. Pentax fue la marca de mi primera cámara digital de objetivos intercambiables. Y al poco tiempo empezaron los problemas. La empresa cambió de dueño dos veces. Primero la compró Hoya, que terminó quedándose con su división de material médico y vendiendo la división de fotografía a Ricoh. Esos vaivenes parecen que influyeron en sus lanzamientos al mercado.

A lo largo del tiempo las marcas de cámaras de fotos han encontrado una identidad. Nikon y Canon son las marcas profesionales que se limitan a producir infinitas iteraciones de sus productos sin mucha imaginación. Por ejemplo, Canon lanzó en 2003 la EOS 300D, la primera réflex digital asequible. Desde entonces lanzó cada cierto tiempo un nuevo modelo que añadía 50 a la cifra del nombre del modelo. A la 300D le siguió la 350D y luego la 400D hasta llegar hace poco a la 750D. Totalmente previsible. Y así, en la gama profesional encontramos que la EOS 5D fue seguida de las variantes Mark II, Mark III y Mark IV. Mejoras sucesivas sin salirse del guión. Pero fuera de eso, cuando Canon trató de entrar en el mercado de cámaras sin espejo lanzó un truño y sólo con la tercera generación parece haber logrado un producto competitivo. Por su parte, Nikon funciona con el mismo esquema previsible. Por ejemplo su cámara básica, la 3000 fue sustituida por la 3100, 3200 , 3000 y 3400.  Y así con el resto. Fuera de eso, alguien en Nikon tuvo la idea de crear una familia de cámaras sin espejo con un sensor mucho más pequeño que el de la competencia y por tanto con menos prestaciones. Ya hay rumores de que se va a cargar esa línea de producto.

En tercer lugar tenemos a Sony, que de ser la marca de referencia en electrónica de consumo pasó a perder dinero con sus portátiles, teléfonos móviles y cámaras fotográficas. Al menos, ha conseguido un plantel del modelos de cámaras de fotos que la colocan como la tercera marca profesional.  Luego tenemos las marcas que apostaron por las cámaras sin espejo: Panasonic, Olympus y Fuji. Estas dos últimas se han construido un nicho de mercado como cámaras hipster con su estética retro.

Y por último tenemos a Pentax, que siempre fabricó cámaras con muy buena calidad relación-precio para un público de incondicionales sin complejos. Es decir, los que comprábamos Pentax sabíamos que por el mismo precio nos llevábamos más prestaciones a casa que con un Nikon o Canon. Pero como en esas dos marcas, alguien en algún algún momento decidió que  Pentax tenía que hacer algo diferente a los demás. Pero algo que nunca nadie hubiera hecho. Quizás debieron preguntarse en Pentax por qué a nadie había lanzado nada parecido a ellos. Primero lanzó la Q, la cámara que respondía a la necesidad que nadie había tenido. Pentax inventó la cámara compacta con objetivos intercambiables y la lanzó a un precio equiparable a otras cámaras de muchas más prestaciones.

Luego, Pentax contrató a un diseñador industrial famoso para crear la primera cámara sin espejo con sensor de réflex digital. La K-01 fue un hito tecnológico que quedó oscurecido por la apariencia de la cámara.

Puede ser que la K-01 ganara algún premio de diseño pero no debieron venderse muchas. Los responsables de Pentax dejaron claro que no iba a ser la primera de una nueva gama y que su apuesta por las cámaras sin espejo de objetivos intercambiables iba a ser la familia Q, que tuvo dos modelos más: La Q10 y la Q7. Con esta última intentaron solventar algunas pegas de la familia, el precio y el tamaño del sensor. Pero al aumentar el sensor, la distancia focal equivalente de los objetivos ya existentes para la Q y la Q10 cambiaba. Cuatro años después del lanzamiento de la Q7, no hemos vuelto a saber de la familia y entre la gama de cámaras ofrecidas por Ricoh USA ya no aparece.

Vimos que el démerito de no haber sabido tener éxito con las cámaras sin espejo también lo comparten Nikon y Canon. Pero alguien decidió que Pentax no debía ser previsible y aburrida, lanzando mejoras sucesivas en una gama estable de modelos, como esas dos marcas.  A la K-10D y K-100D, como modelos avanzado y básico para aficionados  les siguió la K-20D y la  K-200D. A partir de ahí vinieron la K-m, la K-7, la K-x, la K-5 y la K-r. Pentax sigue el sistema Canon de asignar una, dos y tres cifras a los modelos de mayor a menor prestaciones. Así que la K-7 y la K-5 eran modelos por encima de la K-10D. ¿Pero la K-x y la K-r? Habría que consultarlo para saberlo. Alguien cayó en la  cuenta y decidió solventar el lío llamando al siguiente modelo K-30, que fue sustituida por la K-50 y la K-70. La nueva cámara básica fue la K-500 y como modelos superiores llegaron la K-5 II, la K-3 y la K-3 II. Íbamos bien pero por el camino alguien volvió a liarla. Salió un modelo básico llamado K-S1 de colorines y lleno de lucecitas.

El invento extraño de la K-S1, como todos los inventos extraños de Pentax, no debió tener mucho éxito. Le siguió en el mercado la K-S2, una cámara mucho más sobria a pesar de las variantes con colorines. Por el camino llegaron también su cámara de medio formato y su cámara de formato completo, la K1. Esta última parece un requisito de toda marca que aspire a ser tomada en serio, aunque nunca he tenido claro en qué influye su existencia para el fotógrafo aficionado. Su existencia como proyecto se sabía desde hacía años y que Pentax lanzara al mercado era síntoma de estabilidad y esperanzas de futuro, después de los vaivenes empresariales.

La sorpresa, para mí, ha saltado con el último lanzamiento. La nueva Pentax KP se inspira externamente en la K1 y juega a la estética retro con su versión metalizada. Iker Morán dijo que le recuerdo a otra cámara retro, la Nikon Df.

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¿Cabe la posibilidad de que Pentax decida empezar jugar al estilo retro para crear un nueva línea en paralelo a su habitual gama de cámaras robustas? Pentax tiene una baza de la que carecen Sony y Panasonic: un legado de cámaras históricas e icónicas como la Pentax MX y la Pentax K-1000. Ya hizo un homenaje a la primera con su compacta MX-1. A lo mejor no sería original seguir el camino de Olympus del autohomenaje ni tampoco lo sería ofrecer cámaras sin espejo con estética de réflex retro como Fuji. Pero sería mucho mejor que seguir abriendo caminos a ninguna parte. Espero que, por lo menos, lleguen años de estabilidad para Pentax y sus responsables se dejen de inventos raros.

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De Qué Sabes De a Photolari

El 1 de octubre me desperté con la sorpresa de que el sitio web sobre fotografía Qué Sabes De había cerrado. Se trataba de una de mis lecturas obligatorias cada día. Y es que uno de mis placeres culpables era, desde hacía mucho tiempo, estar más pendiente de las noticias sobre material de fotografía que de la propia fotografía en sí. No tengo reparo en reconocerlo. Yo soy de esas personas que no terminan de sacarle partido a la cámara que tienen pero babean por el último modelo de cámara de estilo retro.

En su despedida, el director de Qué Sabes De dejaba la posibilidad abierta de un retorno y culpable a ciertos socios del cierre prematuro de una publicación que arrastraba problemas. Y es que, ahora vengo a enterarme, la popularización de los móviles con cámara de muchos megapíxeles ha provocado una caída brutal de la venta de cámaras de fotos. El negocio de las cámaras de objetivos intercambiables y compactas avanzadas sigue, con la novedad de las cámaras sin espejo y compactas de sensor grande. Pero el negocio de las compactas bolsilleras simplemente ha desaparecido. Y en general, se venden menos cámaras, arrastrando al sector de publicaciones que vivían de contar las novedades del mundo fotográfico.

A mí Qué Sabes De me gustaba porque daban la impresión de no estar «vendidos» a ninguna marca. Había otras publicaciones con análisis más técnicos, con sus gráficas y parámetros esotéricos. Pero yo me fiaba de ellos. Y me gustaba su tono desenfadado. Al menos ahora nos queda Photolari, con Iker Morán  y Álvaro Méndez en el mismo tono desenfadado. Ojalá les vaya muy bien.

El fantasma de las nieves

Mi escena favorita de «La vida secreta de Walter Mitty» tiene que ver con el esquivo leopardo de las nieves (Panthera uncia). Así que me ha llamado mucho la atención las fotos publicadas por la Snow Leopard Foundation de Pakistán.

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Las fotos han sido obtenidas mediante una cámara protegida por una especie de poste hueco ante la falta de árboles donde esconderlas. Al final, el poste atrajo la atención del animal y así se consiguieron los primeros planos.

Las cámaras sin espejo llegan a la madurez

Uno de mis propósitos fotográficos para el 2014 es dejar definitivamente de hablar de cámaras, como he hecho hasta ahora, para únicamente tratar la fotografía, fotos interesantes y fotógrafos. Ya he tratado aquí el trabajo de fotógrafos como Victoria Iglesias y Alberto Gamazo, que tuvieron ambos el detalle de dejar un comentario. También he hablado de fotos y galeráis de fotos interesantes. Este año acaso trataré de cerrar algunos de los temas en los que he insistido, como por ejemplo cómo la fotografía vive atrapada en una glorificación de su pasado analógico, con casi todas las marcas sacando modelos de estética retro. Pero de eso trataré en un futuro para cerrar el asunto de las cámaras como dispositivos tecnológicos. Hoy voy a hablar de algo que me permite cerrar mis largas parrafadas sobre cámaras de fotos.

Acostumbrado a la fotografía de viajes y naturaleza, recibí con interés el lanzamiento en 2008 por parte de Panasonic y Olympus de las cámaras sin espejo de objetivos intercambiables. Ambas marcas lanzaron un formato, el Micro Cuatro Tercios, con un sensor más pequeño que el habitual APS-C de las cámaras réflex. Por redondear, podríamos decir que las cámaras sin espejo ofrecían un 75% de la calidad en la mitad del espacio. Era un sacrificio asumible para mí. Tema aparte es su recepción en el mercado. Precisamente el departamento de fotografía de ambas compañías ha tenido problemas financieros a pesar de ofrecer productos interesantes e innovadores. A estas alturas creo que es mi sino interesarme por tecnologías útiles y prácticas a las que el mercado da la espalda (ebook, Blackberry, netbook) por otros productos que triunfan por el «cool factor». Pero varios hitos dan motivo para la esperanza porque creo que estas cámaras han cruzado cierto umbral a partir del cual son tecnologías para quedarse.

-Sony lanzó una cámara sin espejo de formato completo, la Sony A7. Estoy seguro que es la primera de otras muchas que vendrán de otros fabricantes. Que el sensor de la cámara sea del tamaño de un negativo de película química (24x36mm.) significa la máxima calidad posible, por encima de las cámaras réflex digitales con sensor APS-C. Eso será un argumento que atraerá a profesionales que en el cambio sólo perderán calidad en el visor por el que se encuadra, que pasa de óptico a electrónico.

-Olympus lanzó su cámara profesional como cabeza de gama en formato Micro Cuatro Tercios. La marca había ya abandonado hace tiempo el mercado de las réflex digitales, así que era el paso evidente. El lanzamiento de la EM-1 supone dejar la idea de que las cámaras Micro Cuatro Tercios sólo sirven como «segundo cuerpo», complementarias o para el tiempo libre. Como en el caso anterior, esto atraerá clientes profesionales al segmento.

-Panasonic lanzó una cámara en formato Micro Cuatro Tercios compacta y bolsillera, la Panasonic Lumix GM1,  con unas prestaciones, según DxOMark, que ya superan a mi cámara réflex Pentax K10D con tecnología de 2006. Para potenciales clientes como yo, significa que pasar a una cámara sin espejo no será un retroceso en calidad óptica para conformarse con la comodidad de menor peso y tamaño. Ahora mismo significa una mejora. Y eso, me está haciendo reconsiderar mis futuros planes de compra.

La Panasonic GM1 comparada con la minúscula Pentax Q7

La Panasonic GM1 comparada con la minúscula Pentax Q7

La fotografía en la vida secreta de Walter Mitty

El pasado día de Navidad, día de su estreno, fui a ver «La vida secreta de Walter Mitty». Hacía tiempo que ninguna película despertaba en mí esa clase de interés que te lleva a ir al estreno. Me gustó, aunque me quedó la sensación de que con los mismos materiales la película pudo haber sido mucho más. Aunque un amigo dice que la opción evidente hubiera sido entrar en el terreno de la película  de «auto-ayuda», como disecciona antoninj en un debate de reddit, con lo que el camino tomado por Ben Stiller lo hace en cierta forma más interesante: Al final, en la vida el azar juega su papel.

La fotografía juega un papel fundamental en la película. El protagonista, interpretado por Ben Stiller, trabaja positivando fotos analógicas en la revista Life y su vida se pone patas arriba cuando desaparece el negativo de una foto destinada a ir en portada. Muchas escenas transcurren en la redacción de la revista, donde vemos portadas que fueron creadas a propósito para la película usando los archivos de la revista.

Ben-Stiller-Secret-Life-of-Walter-Mitty-Life-Magazine

El protagonista cree que el negativo de la foto quedó en manos de su autor por error y parte en busca de él, en un viaje que le lleva por Groeanlandia, Islandia y el Himalaya.  Cuando finalmente localiza al fotógrafo, interpretado por Sean Penn, lo encuena con una Nikon F3/T (y un teleobjetivo mucho más moderno para cámaras digitales) intentado fotografiar al esquivo leopardo de las nieves. Es un fotógrafo de la vieja escuela.

THE SECRET LIFE OF WALTER MITTY

Cuando aparece el leopardo de las nieves en el visor, el personaje de Sean Penn no aprieta el disparador. Y deja pasar los segundos. El personaje de Ben Stiller le pregunta cuándo va a hacer la foto. «A veces no la hago. Si disfruto de un momento, para mí, personalmente, no me gusta tener la distracción de la cámara. Simplemente quiero formar paret de él». Y eso es algo que a veces he sentido.