La transparencia de Podemos

Jamás nadie podrá reprochar a Podemos de ser un partido político que escondió sus verdaderas intenciones y su verdadera naturaleza. Cuando Pablo Iglesias empezó a ser popular gracias a la televisión generalista, antes de fundar el partido, fue invitado a dar charlas por todas las esquinas de España. Hubo quién grabó aquellas intervenciones y las subió a YouTube. Algunas incluso que no parecían destinadas al gran público. También contamos con las declaraciones de Pablo Iglesias en el programa La Tuerka y sus editoriales de Fort Apache en el canal iraní HispanTV.

De las declaraciones de aquellos tiempos podemos saber que Pablo Iglesias proponía medidas políticas y económicas para convertir a España en una república bananera. Luego, cuando creó el partido, consideró que se abría una ventana de oportunidad para «asaltar los cielos» y que por tanto el fin justificaba los medios. Su concepción de la política surge de tradiciones antidemocráticas. Así que nada de lo sucedido en los últimos años nos debe extrañar. Ni que la maquinaria del partido pasara por antiguos amigos como una apisonadora o que ahora demuestre lo que le incomoda el periodismo hostil.

Sabiendo todo eso no hay nada que reprocharle a Podemos y sus líderes. El problema me surge con los sorprendidos y desencantados. Recuerdo a un defensor del software libre que acudió a Vistalegre I y contó en su blog con fastidio que allí no se había hablado de la transformación digital de España, sino de la organización de un partido político puro y duro. Mostraba su contrariedad porque allí no había lugar para el asamblearismo del 15-M. Luego, por el camino conocí a personas que me contaban el largo recorrido que les había llevado de la ilusión al desencanto. Se sentían traicionadas y decepcionadas porque nunca esperaron que en un partido político como Podemos funcionaran los liderazgos fuertes y la ambición desmedida. Esas mostraban un pesar hondo por el tiempo, la energía y la ilusión derrochadas. A mí siempre me generó entre sorpresa y sonrojo que creyeran que Podemos era algo diferente a lo que es Podemos.

Cuatro grandes temas de Coke Studio Pakistán

Coke Studio es un programa musical de televisión que apareció en Pakistán en 2008. La idea era simple: unir a músicos y cantantes de regiones, etnias y estilos diferentes para actuar en directo en un estudio. En unas ocasiones artistas pop versionan temas tradicionales. En otras artistas tradicionales son acompañados de bases electrónicas e instrumentos eléctricos. En todos los casos la fusión es perfecta. Y en algunos casos es espectacularmente brillante

El éxito del formato llevó a ser replicado en la India, que fue la vía por la que yo descubrí el programa. Desde aquel entonces he pasado temporadas en que no he parado de escuchar temas de las versiones india y pakistaní de Coke Studio, guardando en una lista de Youtube que tiene ya más de 50 entradas mis vídeos favoritos.

Hoy quiero compartir aquí cuatro temas de la versión pakistaní de Coke Studio que me parecen sublimes. El primero es una versión musicalizada de un poema en farsi de Jursan Amir, polímata indio que vivió entre los años 1253 y 1325 de nuestra era y al que se le considera padre del qawwali, la música devocional sufí característica del subcontinente indio. «Jabaram Rasida» es un poema de amor que en la tradición del qawwali, al igual que el Cantar de los Cantares, se puede interpretar como una metáfora del amor a Dios y el deseo de unión con la divinidad.

«Noticias me han llegado esta noche, oh mi bella amada, de que vendrás. Que mi cuello sea sacrificado en el camino por el que vienes cabalgando».

Lal Shahbaz Qalandar fue un místico sufí que nació en Afganistán y vivió entre los años 1177 y 1274 de nuestra era. Fue un místico sufí itinerante que predicó la tolerancia religiosa. A su muerte su tumba en Sehawan (Pakistán) se convirtió en un lugar de peregrinación para los musulmanes y su figura recibió también la devoción de los hindúes. Jursan Amir compuso en su honor un poema que con diferentes añadidos llegó a nuestra época como una canción, «Dama Dam Mast Qalandar«, que es hoy un clásico popular en India y Pakistán .

En la siguiente versión se combina la voz de Qurat-ul-Ain Balouch con Akbar Ali a los coros y el recitado del poeta y cantante Arieb Azhar. A destacar Shehroze Hussain al sitar y Aahad Nayani a la batería en una actuación que suma 25 artistas en el estudio.

Bulleh Shah fue un filósofo, místico y poeta punyabí que vivió entre 1680 y 1757 de nuestra era. A él se debe algunos añadidos al poema de Jursan Amir sobre Lal Shahbaz Qalandar. El siguiente tema es un poema suyo que toca una de los temas universales del misticismo: la búsqueda de la iluminación y la lucha contra el propio ego.

Has estudiado para convertirte en un sabio académico
pero nunca te molestas en aprender sobre tu propia alma.
Corres rápido para entrar en el templo y la mezquita
pero nunca te molestas en entrar en tu propio corazón.
Luchas contra Satán cada día
pero nunca luchas contra tu propio ego.
Bulleh Shah, estás obsesionado con alcanzar lo que está fuera de tu alcance
pero nunca te molestas en alcanzar el tesoro que tienes en casa al alcance de tu mano.

En el último tema repiten los hermanos Ali Noor y Ali Hamza, que forman la banda punyabí Noori, uno de los exponentes del rock sufí pakistaní. Les acompaña su madre a la vina, un instrumento tradicional de cuerda.