Memorias de un pagafantas

Hace unos meses encontré el comentario de una chica en Twitter que recomendaba no usar el término «friendzone» porque era, según ella, un concepto empleado para hacer sentir culpables a las mujeres que rechazaban a un hombre. Creo que he usado pocas veces el término en mi vida y si lo he hecho ha sido la mayorías de veces de forma irónica. Me llamó la atención ese ánimo censor, tan habitual en las guerras culturales del momento. Pero me quedé pensando que la palabra  mí sí me parece útil para describir ciertas situaciones y ciertos contextos.

Resulta que yo fui un pagafantas. Así que conozco el fenómeno por dentro. El punto de partido es el desconocimiento de cómo funciona realmente el cortejo y la seducción Un pagafanta es, por lo general, un chico que crece escuchando que lo que las chicas quieren es alguien de buen corazón, amable, cariñoso y atento. Evidentemente, nada más lejos de la realidad. Pero el pagafantas cree que ganará el corazón de la chica objeto de su atención mostrándose servicial y atento. «El otro día el profesor repartió fotocopias. Cogí unas para ti porque tú no viniste». «¿No trajiste paraguas? No te preocupes. Yo sí. Si quieres te acompaño hasta tu casa».  «Hola, el viernes mencionaste que querías ver la última temporada de una serie pero no tienes Netflix. Toma, aquí la tienes descargada con subtítulos en esta memoria USB» El pagafantas además piensa que es sólo cosa de pasar tiempo con la chica para que ella descubra lo buen tipo que es él. Así que buscar meterse los grupos de trabajo que está ella o incluso elige las mismas asignaturas para coincidir con ella. Digamos que la estrategia de seducción del pagafantas es la erosión geológica. Así que telegrefiando de forma tan evidente sus golpes, que dirían en boxeo, ella termina comprendiendo sus verdaderas intenciones.

Llegamos ahora a la otra parte de la historia. Como aprendimos con Michel Foucault, el poder es una relación no algo inherente. Así que si se establece esta dinámica entre dos personas es porque el objeto de atención lo permite y facilita. Las cartas pueden llegar a ponerse sobre la mesa y él recibir la fatídica respuesta «te quiero como un amigo», de ahí el término de ser enviado a o mantenido en la friendzone. Sin embargo, es habitual que ella tolere la situación, convirtiendo al pobre pagafantas en un confidente de sus aventuras amorosas. El término pagafantas viene de la idea de que él queda con ella y le toca pagar los cafés o los refrescos mientras ella le cuenta sus fracasos sentimentales o los problemas con su pareja. En ese contexto se produce la conversación más temida por todo pagafantas. Cuando ella le dice «ojalá él me comprendiera como lo haces tú» o «ojalá hubiera hombres que pensaran como tú».

Lo habitual es que el pagafantas no entienda la incoherencia del discurso de ella sobre su deseo de encontrar un chico bueno, tierno y comprensivo mientras va saltando de carismático egoísta en carismático egoísta. Ahí se va abriendo una grieta en la mente de él, que no termina de entender la chica que le interesa tenga tan mal ojo para los hombres. Cabe la posibilidad de que él termine entendiendo que no hay aleatoriedad ni mala suerte en el historial de parejas de ella. Y puede que él termine por entender el papel que le toca jugar en la historia. Ella siente predilección por los guaperas superficiales o los cabrones carimásticos. Y a él le toca el papel de comparsa encargado de insuflarle a ella autoestima, afecto y atención. Si él comprende todo esto, termina por romper el círculo y pasar página en su vida, alejándose del tipo de mujeres que se resigna con relaciones superficiales o autodestructivas mientras busca mantener a un chico que le aporte sus carencias afectivas para mantenerlo en la friendzone. Hay un paso ulterior a esta vía de salida al pagafantismo: convertirse en la clase de egoísta arrogante y superficial por el que las chicas sienten atracción, como defienden en el foro The Red Pill de Reddit.

Pero si el pagafantas no termina de entender los entresijos de este tipo de relación y los mecanismos de la seducción acumula resentimiento contra las mujeres. En los últimos años hemos tenido varios casos en Estados Unidos y Canadá de matanzas cometidas por chicos jóvenes frustrados por su nulo éxito con las mujeres. El resentimiento acumulado se había visto alimentado por la participación en foros de Internet donde jóvenes en la misma situación compartían experiencias como célibes involuntarios (INCEL).  He visto el tema tratado en la prensa española y siempre se caracteriza a los INCEL como estúpidos machistas o misóginos. Unos loosers de cuidado, que sólo merecen burla  y desprecio por culpar a las mujeres de sus problemas. También vi comparaciones del fenómeno con la radicalización yihadista. Y me surgió la duda, habiendo meurtos de por mediol. ¿Nadie ha pensado en combatir la narrativa? ¿Nadie ha pensado en cómo programas de desradicalización?  Despreciar un fenómeno y negarse a entenderlo no me parece que sea el paso adecuado.

Nadie se acordará de ti cuando te hayas suicidado

Recuerdo que un día en clase de Sociología de Género la profesora mencionó la mayor tasa de abandono escolar de los chicos y comentó que tratándose de un problemas que no afectaba a las mujeres le parecía irrelevante. Si la vida no me hubiera llevado por otros derroteros, de haberme dedicado a la Sociología me hubiera dedicado al estudio de la cuestión de género desde una  perspectiva masculina. Un tema que por aquel entonces era un erial académico y sospecho que lo sigue siendo.

Vi ayer en Menéame un artículo en la página web de del canal estadounidense Univisión a cerca de que la tasa de suicidios había aumentado en el país. El artículo dice:

La tasa de suicidios aumentó casi 30% en todo el país entre 1999 y 2016, según indicó un informe publicado este jueves por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).

Solo en 2016 se suicidaron casi 45,000 personas, lo que la consolidó como una de las principales causas de muertes en el país. Ese número es más del doble que la tasa de homicidios durante el mismo año.

El artículo de Univisión menciona el desglose de datos por edad o estado de residencia pero no menciona el género, una variable sociológica fundamental. Así que busqué el informe original, mencionado en el artículo. Extraje la siguiente captura del PDF.

El informe diferencia los suicidas sin trastornos mentales conocidos y con ellos. En el primer caso tenemos que un 84% de los suicidas sin trastornos conocidos eran hombres. En el segundo caso tenemos que un 69% de los suicidas con trastornos mentales conocidos eran hombres. El suicidio es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos. En 2016 la tasa de suicidios dobló la de homicidios. Y como vemos, se trata de un problema masculino.

ElDiario.es recogía en 2014 que, según expertos de la Sociedad Española de Psiquatría» el suicidio es «un problema de salud pública que se oculta debajo de la alfombra». Que el suicidio es un fenómeno social y no estrictamente individual lo sabemos desde que en 1898 saliera a la luz El Suicidio de Emile Durkheim, uno de los padres de la Sociología. El artículo de ElDiario.es menciona cómo la crisis económica española aumentó el número de suicidios, hasta convertirlo en la principal causa de muerte violenta por encima de los accidentes de tráfico o los asesinatos.

En España donde en las vacaciones de Semana Santa y verano se producen desplazamientos masivos por carretera, las cifras de muertes en accidente por carretera fueron un tema que ocupaba espacios en las noticias de la televisión. Y en 1992 la Dirección General de Tráfico lanzó una serie de anuncios tremebundos con el lema «Las imprudencias se pagan cada vez más» que marcaron una época..

Las muertes en accidente de tráfico se convirtió en un problema nacional que el Estado abordó dedicando recursos a concienciar sobre él. Recientemente lo hemos visto con otro problema, el de las muertes de mujeres a manos de hombres. Los Presupuestos Generales del Estado destinan 80 millones de euros y la previsión del saliente gobierno del Partido Popular era que comunidades autónomas y ayuntamientos destinaran otros 120 millones.  ¿Por qué no hay una plan de choque nacional contra el problema? Si uno busca sobre el tema se encuentra una y otra vez con un palabra: tabú.

Un detalle curioso. Al entrar en la página del INE me encontré que no publica datos específicos desde 2007:

Desde 2007, siguiendo los estándares internacionales en la materia, se ha adoptado la decisión de suprimir los boletines del suicidio y obtener la información estadística relativa al suicidio a partir de la información que ofrece el boletín de defunción judicial que se utiliza para la Estadística de defunciones según la causa de muerte.

 Así que tuve que ir al enlace y jugar con las opciones para obtener datos recientes: hubo en 2016 un total de 3.569 suicidios en Espapa, donde el 74,6% de los casos fueron hombres. Así que tenemos que al igual que en Estados, en España el suicidio es un problema que va en aumento y es un problema que afecta mayoritariamente a hombres. Sin embargo, no vemos que haya un plan nacional para la prevención del suicidio, ni campañas en los medios de comunicación sensibilizando sobre el problema. Como diría aquella profesora mía, es un problema que afecta a los hombres. Así que, ¿a quién le importa?