Pérez-Reverte por Victoria Iglesias

Arturo Pérez-Reverte presentará dentro de muy poco una nueva novela, con un argumento propio de las últimas novelas de William Gibson:

Un encargo editorial pone a Alejandra Varela, especialista en arte urbano, tras la pista de Sniper, un reconocido artista del grafiti, promotor de acciones callejeras al límite de la legalidad —algunas de ellas con resultados fatales— del que casi nadie ha visto jamás el rostro ni conoce el paradero. La búsqueda conducirá a la protagonista de Madrid a Lisboa, y de ahí a Verona y Nápoles en su intento por descifrar cuál es el objetivo al que apunta la mira mortal del cazador solitario.

Con las maniobras mediáticas en torno a la presentación he visto varios retratos de Arturo Pérez-Reverte hechos por Victoria Iglesias.

Suyas fueron también unas fotos de los comienzos del escritor. Creo que no es difícil atisbar la transformación de aquel reportero tímido en el personaje de sus columnas de opinión. Tiene su gracia que mucha gente que lo conoció ya como escritor consagrado confunda al personaje y a la persona.

Victoria Iglesias tiene en su blog otros muchas retrastos de personajes de la cultura y el arte bastante interesantes. Desde Lou Reed a José Hierro.

Leones en Bostwana

Bostwana, aquel país que España descubrió porque el Rey había estado de safari en él, ha prohibido la caza mayor. El sector da empleo a 450 personas y genera 40 millones de dólares al año. No está claro qué pasará en el medio plazo, aunque ya se habla de reconvertir al sector de la caza al safari fotográfico.

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Nicolai Frederik Bonnén Rossen es un fotógrafo freelance danés que se fue a Bostwana a conocer una reserva para leones por la que sus responsables se pasean tranquilamente, totalmente alejados de la civilización y sin armas entre fieras que se comportan como mascotas. Es divertido cómo cuenta lo acojonado que lo pasó rodeado de las fieras y cómo a pesar de haber llevado una réflex y una Leica, terminó haciendo las fotos con una compacta Canon S100.

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La Europa salvaje

National Geographic ha publicado una galería con las fotos que Charles Fréger ha realizado por toda Europa, desde Portugal a Bulgaria, de «tradiciones populares y rituales que entroncan con las cosechas, los solsticios y el temor a la oscuridad invernal, y en los que pueden rastrearse ecos de mitos muy antiguos». Son tradiciones paganas en la que los hombres se disfrazan de seres fantásticos y que han sobrevivido durante siglos integradas en festividades cristianas.

Gafe electrónico

Las estadísticas no engañan. El mercado de las cámaras compactas básicas se hunde frente al uso de smarthpones con cámara. Olympus decidió cerrar el chiringuito en ese sector del mercado. Y pasa algo curioso. Mientras los frikis del cacharreo no dejamos de aplaudir la imparable evolución de las cámaras sin espejo, resulta que su mercado mundial ha encogido. Es decir, se han vendido menos. Y la gente no para de darle vuelta a si el público busca «burro grande ande o no ande» yendo a por las cámaras réflex, a pesar de que las encuestas dicen que un montón de aficionados compran una cámara réflex para usar el objetivo que viene con ella toda la vida.

Así que la cosa está más o menos así:

Nikon y Canon no dan sorpresas y puntualmente sacan la nueva versión de cada cámara sin dar sorpresas. A la Canon EOS 5D le siguió la Mark II y luego la Mark III. La cámara de aficionado ha ido evolucionado de las EOS 300D a las EOS 700D pasando por las 350D, 400D, 450D, 500D, 550D, 600D y 650D. Por su parte tras la Nikon D3000 llegaron la D3100 y D3200 mientra que tras la Nikon D5000 vinieron las D5100 y D5200. No hay nada malo en ello, obvio. Pero digamos que si uno quiere buscar productos innovadores e interesantes no los va a encontrar en el escaparate de Nikon. Ambas marcas tienen un prestigio sólido por sus productos profesionales y de aficionado avanzado. Así Nikon se ha permitido ser un fabricante de cámaras compactas «reguleras» y sacar un sistema de cámara sin espejo con sensor pequeño que se ha vendido mucho sólo por ser Nikon. Canon por su parte sacó un churro de cámara sin espejo que no enfocaba bien como «producto para mujeres» (una extraña categoría del mercado japonés). Al contrario que el resto de fabricantes que se lanzaron tras el primer modelo a sacar cámaras para aficionados avanzados y modelos baratos, Canon no ha dado noticias de qué va hacer con la familia EOS-M. Había una noticia de que Nikon anunció que iba a dar una campanada con un invento que revolucionaría la fotografía en el sector de los smartphones. Habrá que ver si fue una noticia que entendí al revés o algo que soñé.

Fuji es el gran advenedizo. En su momento comercializó cámaras réflex Nikon con un par de detallitos gentileza de la casa. Y de pronto, lanzó la Fuji X100. Una cámara compacta con sensor de cámara réflex y un objetivo angular fijo de 35mm., la distancia focal para «reportajes callejeros» de toda la vida. Fuji pudo haber sacado un monolito negro obsidiana o un cacharro plasticoso. Pero sacó una cámara con forma de telemétrica y nos puso a todos los aficionados nostálgicos. Los profesionales dicen que la cámara dejaba algo que desear en algunos aspectos. Pero los ingenieros de Fuji se pusieron las pilas con las sucesivas actualizaciones del firmware, convirtiéndolo en una nueva estrategia comercial que promete mejoras incesantes de sus cámaras. Por lo que tengo entendido Fuji no vendió cantidades astronómicas de la X100, al fin y al cabo era una compacta muy avanzada que costaba un riñón. Pero le dio prestigio y sentó las bases para el lanzamiento de su familia de cámaras sin espejo que aunan diseño retro, calidad de imagen y una familia de lentes muy coherente. Si me tocara la lotería mañana y me planteara comprar una cámara sin espejo, sin duda echaría un vistazo a la familia Fuji.

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Olympus y Panasonic son los verdaderos creadores del mercado de las cámaras sin espejo. Panasonic tiene una familia que destaca por sus funciones para vídeo (la GH), ha sacado modelos aplaudidas por su versatilidad (GF1 y GX1), tiene una familia notable de ópticas y se ha unido a la tendencia de «burro grande o no ande» con su nuevo buque insignia, la GX7, que además sigue la actual moda de cámaras con estética retro. O lo que es lo mismo, cuerpo en negro con una parte superior metalizada.

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Olympus por su parte, fue la primera en romper con la estética de mini-réflex o cacho de plástico con lente a la hora de plantearse su familia de cámaras sin espejo. Tiró de la nostalgia fotográfica y puso al día los diseños de sus cámaras PEN y OM de los años 60 y 70. Pero su guiño a la nostalgia fotográfica y su empeño en hacer cosas diferentes no ha sido recompensada por los consumidores. Anda en pérdidas y tuvo que ser rescatada por Sony. Lo que necesita urgentemente es que alguien ponga orden en la nomenclatura de sus cámaras: O-MD E-M5, PEN E-P5, PEN E-PL5, PEN E-PM2, PEN E-PM1, E-PL3 y E-P3.

Sony llegó tarde al mercado de las cámaras réflex digitales. Compró Minolta y lanzó la familia Alpha con el valor añadido de una gama de objetivos de la casa Zeiss. A partir de ahí, siguió una lógica de fabricante de electrónica de consumo lanzando modelos como una ametralladora que no dejaban de ser una iteración del anterior con alguna modificación que lo convertían en una familia aparte. Trató de innovar con las cámaras de espejo translúcido y luego entró con fuerza en el mercado de las cámaras sin espejo, con su familia NEX. Usó como argumento de venta su tamaño miniaturizado para ir creciendo hasta lanzar cámaras que apalaban al usuario avanzado. Es una opinión personal, pero creo que Sony nunca se ha quitado de encima el lastre de ser una marca de electrónica de consumo y las percepciones subjetivas en este mercado, como en todos, son importantes. Aunque hay que reconocer que ha dado la campanada en el reñido sector de las compactas avanzada con la RX1 y RX100.

Creo que ya dije aquí que Samsung es como ese tipo que no para de tratar de llamar la atención y no consigue caer bien. Samsung lanzó su propia familia de cámaras sin espejo. Y lo intentó todo. Estética retro con parte superior metalizada, cámaras ultracompactas y ligeras, cámaras avanzadas y hasta una cámara con sistema operativo Androdid. Pero juraría que no ha conseguido desatar pasiones. Creo que está bajo el síndrome de Sony, por ser una marca que está en todas partes.

Y dejo mi amada Pentax para el final. ¿Qué pasa por la cabeza de los dirigentes de Pentax? Ha cambiado de dueño dos veces en los últimos años. Primero perteneció a Hoya y ahora a Ricoh. Su familia de cámaras réflex digitales ha sido siempre bastante interesante, con modelos punteros por un lado y cámaras sencillas para aficionado poco espectaculares por otro lado. Incursionó en el mercado de las cámaras sin espejo con el espantoso ladrillo K-01 que sólo aportó el poder usar los objetivo de la familia de cámaras réflex directamente. Luego lanzó la pequeña Q, que es la «respuesta a una pregunta que nadie hizo». En este caso, inventar la compacta de objetivos intercambiables. Recuerdo que aterrizó en España con un precio ridículo de cientos de euros. Ahora se puede comprar por 200 euros, lo que es razonable para un cámara con calidad de compacta. Pentax encontró mercado y lanzó la siguiente generación, la Q10. Y sólo entonces pareció alguien de la firma caer en la cuenta que con un sensor de cámara compacta no se iba a llegar muy lejos. Así que lo hicieron más grande para el último modelo, la Q7 (sí, la Q7 es más avanzada que la Q10, que es más avanzada que la Q). El cambio no es baladí. Eso significa que la distancia focal de los objetivos varía por un diferente factor de multiplicación. No creo que le haga gracia a quien tenía un equivalente a 35mm. en su Q o Q10. Mientras, llevo años oyendo sobre una futurible Pentax con sensor de formato completo. Y el lanzamiento de objetivos propios de Pentax está parado. Preocupante.

Todo esto me pone en una situación peculiar. Siendo dueño de una cámara réflex Pentax y estando pendiene del mercado de las cámaras sin espejo me podría ver a mí mismo otra vez en la misma situación que con los netbooks y esperando una evolución que no termina de llegar como la del mercado de los libros electrónicos. ¿Seré gafe?

Adán y Eva

Desde que WordPress trató de que su comunidad de usuarios se pareciera un poco a Facebook, con seguidores y «Me gusta», he ido descubriendo a lectores y seguidores de este blog. Es una mezcla variopinta. Y a veces descubro cosas interesantes.

Marcela (Facebook, Twitter), de la que no tengo claro si usa un pseudónimo, se dedica a realizar fisiogramas. Son fotos con exposiciones realmente largas en las que se «pinta con luz», como esas fotos de autopistas donde los faros de los coches trazan rayas de colores.

Adán y Eva

¿Se le acaba el cuento a Leica?

La industria japonesa barrió en mercados como el de las cámaras de fotos, las motos y los relojes de pulsera. Las marcas europeas desaparecieron o se refugiaron en los nichos de mercado de productos premium. En el terreno de la fotografía, tras el fin de la fabricación de las Zeiss Ikon analógicas, la marca Leica ha quedado como das Kamera.

Durante mucho tiempo los fans de Leica argumentaron que había algo único y especial en las fotos que hacían las cámaras Leica, los famosos «colores Leica» por ejemplo. Pero en la era digital, donde todo es medible y cuantificable, queda demostrado que una cámara Leica que cuesta cinco veces más no necesariamente hace fotos cinco veces mejores. Supongo que para el fotógrafo puntilloso dispuesto a gastar mucho, pagar más para tener una mejora marginal en los resultados vale la pena.

«J Shin» contaba la epifanía que sufrió al encontrarse la pasada Navidad una lente Leica por 2.600 dólares en eBay. Era una ganga considerando el modelo de lente y la condición del ejemplar en venta. Pero empezó a preguntarse qué sentido tiene gastarse auténticas fortunas en una cámara y lente que, dada la inversión hecha, genera aprensión sacar a la calle. Y sobre todo empezó a preguntarse qué sentido tenía gastarse un disparate de dinero cuando hasta la gama alta de las cámaras sin espejo empiezan a dar unos resultados notables. Al comprar una Leica cuyo cuerpo vale seis mil euros no consigues ni siquiera fotos que son el doble mejor de una cámara cuyo cuerpo cuesta mil. Y J Shin añade una cosa interesante. Las diferencias de resultados entre cámaras que cuestan bastante diferente empiezan a no ser apreciables al ojo humano para un fotógrafo medio que no esté preparado para buscarlas. Y ni hablar si las fotos han sido sometidas a procesamiento digital.

No es de extrañar por tanto, que Leica ande un tanto desnortada. Su único mercado seguro es el de lo esnobs adinerados dispuestos a pagar el punto rojo, aunque sea en una cámara Panasonic con una carcasa ligeramente diferente. Mientras, sufre la competencia de Fuji, que vende nostalgia fotográfica con tecnología de vanguardia (véas sus cámaras sin espejo y la X100). Será un gesto desesperado en busca de mercados nuevos que haya sacado al mercado uno de esos modelos que son una respuesta a preguntas que nadie ha hecho. Decía Iker Morán en quesabesde.com hace poco que «hace tiempo que las Leica perdieron su alma». Así que mejor no hablamos de Hassebald, que ha añadido madera y adornos varios a la Sony NEX 7 para venderla por una cantidad tan disparatada que alguien de la marca ha tenido que salir a defenderla: «No obligamos a nadie a comprarla». Sólo le faltó añadir llorando «por favor, no me peguen».

Algo pasa con Samsung

Samsung es en el mercado de las cámaras de fotografía como esa clase de persona que trata desesperadamente de llamar la atención en un fiesta, llegando a límites absurdos y sin conseguirlo. En el terreno de las cámaras sin espejo ha sacado modelos interesantes y con buena relación calidad-precio. Pero siempre le ha faltado «algo». Ese algo que uno encuentra en la calidad de Fuji, los objetivos de Panasonic y el estilo retro de Olympus. Sus dos últimos movimientos han sido curiosos.

Samsung ha presentado una cámara sin espejo controlada por Android con conexión 4G. Justamente la Samsung Galaxy NX se parece a una de las cámaras con las que Chris Niccolls soñaba la pasada Navidad. Por otro lado, ha liberado el código fuente del firmware de las NX300 y NX2000. Que Samsung apueste por las fuentes abiertas es digno de ser alabado. Pero me temo que resulta un movimiento para atraer clientes más que una iniciativa para beneficiar a una amplia base de usuarios.

Juraría que hace tiempo el mundillo del trastear en las cámaras está parado. Si uno sale ahí afuera encontrará que había proyectos para «hackear» y modificar el firmware de las compactas Canon, la Pentax K10D, la Panasonic TZ10 y las Panasonic sin espejo. Y digo «había» porque del proyecto de hackear la Pentax K10D nunca más se supo y Panasonic contrató al ruso que lideraba el proyecto de sus cámaras. Sólo el proyecto de modificar Canon compactas sigue adelante. Lo que me recuerda que algún buscaré alguna Ixus interesante de segunda mano para jugar con ella. Los time-lapse programados esperan.

[25/06/2013 Corregidas unas cuantas erratas gordas]

Una historia que acabará mal

Aaron Tyree es un fotógrafo notable cuyo trabajo ha logrado atención después de que unas fotos suyas lograran una difusión viral en Internet. La modelo que aparecía en esas fotos resultó ser su hijastra adolescente, «Devon Jade» a la que la magia del maquillaje, Photoshop y una fotogenia imnata la han convertido en una sensación en Internet.

Devon Jade

Sigo la obra de Aaron Tyree en Deviantart y me ha llamado la atención los comentarios que incluye en las fotos de «Devon Jade» que va publicando. Que si es un placer trabajar con ella, que si es una modelo de talento, que se siente afortunado de ser su «amigo». Y las fotos han tomado una nueva dirección.

Devon Jade

¿Nadie más lo ve? Se masca la tragedia en un caso claro de Síndrome de Electra. Un día nos vamos a despertar con la noticia de la mujer los ha pillado en la cama, que se han fugado en coche o que la historia ha terminado a tiros. Digo yo.