Con la crisis y el paro, la gente tiene más tiempo libre. Y sin dinero, uno de los deportes más baratos es salir a correr. Me sorprendió hace poco encontrar a media mañana bastante gente con bicicletas y corriendo por un paraje natural cerca de la ciudad. El amigo con el que iba me dijo que me sorprendería la masificación de corredores que se daba a cierta hora. Proliferan las carreras populares y los clubes de senderismo. Así que me ha llamado la atención que Uxue Etxebeste se queje de que correr se haya puesto de moda. Se preocupa por la gente que empieza a practicar deporte sin una revisión médica y los percances que por ello ocurre. Pero como alguien señala en los comentarios, ¿no hay algo de «absurda sensación de quienes han realizado una actividad desde hace años, y ven cómo de repente se masifica y populariza»? Ese tipo de comentarios los llevo oyendo muchos años:
-«Yo llevo leyendo cómics de súper héroes desde la adolescencia y me fastidia que la gente que nunca leyó uno ahora no pare de hablar de Batman sólo por las películas de Christopher Nolan«.
-«Pues a mí me da rabia la cantidad de fans que han salido de la nada de mi novela favorita, que leíamos cuatro gatos, desde que salió la serie de televisión».
-«Y yo me sentía un hacker usando un oscuro software que nunca evolucionaba de la versión beta, pero lo he dejado de usar porque ahora una fundación ha apoyado su desarrollo y todo el mundo habla de él».
-«Yo le hablaba a todo el mundo de mi banda favorita, que nadie conocía. Pero ahora no soporto que todo el mundo hable de ella desde que la fichó una multinacional»