Uno de los temas recurrentes en este blog es la «nostalgia del futuro», la sensación de que hubo un tiempo en que el futuro era un tema que nos fascinaba. Las revistas de divulgación dedicaban monográficos al «mundo del mañana», la carrera espacial avanzaba alimentada por la Guerra Fría y Japón era el país de referencia. Pero la fascinación por el futuro no fue sólo cosa de los años 80, ni tampoco siempre loable.
En 1908 el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti redactó «El Manifiesto Futurista» que ensalzaba la tecnología, la velocidad, la violencia y el machismo con un discurso que anticipaba el fascismo. El movimiento Futurista atravesó todas las manfiestaciones artísticas, desde la arquitectura a la poesía.
Tullio Crali, «In tuffo sulla città» (1939)
3. La pintura y el arte ha magnificado hasta hoy la inmovilidad del pensamiento, el éxtasis y el sueño, nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo. 9. Queremos glorificar la guerra – única higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las ideas por las cuales se muere y el desprecio por la mujer. 10. Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias variadas y combatir el moralismo, el feminismo y todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias.