La revista que me gustaría leer y nunca veré

La que lié el otro día cuando dije que quería leer una «revista hacker». Me llovieron unos cuantos palos. Y todo porque «hacker» fue la única palabra que se me ocurrió para definir algo a lo que no soy capaz de ponerle nombre. Esta es la entrada 75ª de este blog, así que voy a aprovechar el hito para soñar despierto y contar la revista que me gustaría leer.

Pienso en una revista mensual de reportajes que huyan de la actualidad para contar las historias de fondo. ¿Qué está pasando en los cinturones industriales de China? ¿Qué ha pasado en Túnez, ahora que no sale en las noticias, tras la Primavera Árabe? ¿Qué pasa con los derechos humanos en Rusia? ¿Cuál es la mirada de Brasil hacia el mundo? ¿Cómo avanzan los procesos de integración regional en África?

La revista tendría su espacio para hablar de ciencia y tecnología. Pero no para hablar de los cachivaches de moda. Sino para hablar de los últimos avances en transporte público, telecomunicaciones o energías renovables, por ejemplo. La revista hablaría también de temas como arquitectura y urbanismo sostenible.

Supongo que una revista así tendría un público reducido y limitado en España. Y moriría en tierra de nadie por no hablar de «estilos de vida», smartphones y no tener una sección de moda o tendencias. Todo ello imprescindible para captar publicidad. Mientras tanto, sigo soñando.

12 comentarios en “La revista que me gustaría leer y nunca veré

  1. Hola lobo!

    Sabés que, sin animo de dar palos, mientras leo: «¿Qué está pasando en los cinturones industriales de China? ¿Qué ha pasado en Túnez, ahora que no sale en las noticias, tras la Primavera Árabe? ¿Qué pasa con los derechos humanos en Rusia? ¿Cuál es la mirada de Brasil hacia el mundo? ¿Cómo avanzan los procesos de integración regional en África? »

    De todos modos me pregunto si realmente es posible una revista tradicional así, y que sea de verdad buena, más allá de su viabilidad económica.

    Una de las cosas que salta es cúanto uno puede confiar en: primero alguien que puede estar contando cosas de China mientras está parado en el medio de Madrid. Quiero decir, no es necesario viajar a la luna para hablar de ella, pero si a mi se me antojase hacerlo necesitaría de realmente buenas fuentes de la NASA o algo así para hacerlo. En ese sentido me imagino y confío más en un bloguer que me hablé de verdad de lo que está pasando en las calles de Túnez, que de un periodista que vaya uno a saber dónde está y quién lo informa.

    Con Gonzalo por ejemplo hace unos días tuvimos un intercambio acerca del proyecto de legalización de la marihuana acá en Uruguay. Leo a Vargas Llosa con todas sus condecoraciones hablar sobre ello y pienso «puff». Ni que hablar cuando leía las crónicas de Soledad Gallego-Díaz (El Pais) sobre el acontecer eleccionario en el Río de la Plata: un pastiche que me dejaba pensando si era desvergonzadamente tendenciosa o en verdad profundamente desinformada.

    Ya que estamos soñando me pregunto: no podría ser un fanzine o una revista sí, pero online con blogueros autóctonos que escriban. Desde el punto de la viabilidad económica el costo, como ya sabemos, tendería a «cero»

  2. En línea con lo que comenta Michel, y sin ánimo de que tengas la sensación de que te llueven palos :), ¿esta revista no podría ser tu lector de feeds? ¿No es preferible que te lleguen los artículos poco a poco en lugar de una vez al mes de un tirón? ¿Y que seas tú quien eliges los temas en lugar de una editorial?

    Si no, y la existencia de una editorial con agenda propia te parece imprescindible, creo que más que la publicidad, el modelo a investigar sería la suscripción. Una mezcla de financiación colectiva y los blogueros que ponen un botón de PayPal en su blog.

  3. ¡Cómo sois! Yo aquí, honradamente tratando de vender mi proyecto de revista para que me lo compre Condé Nast y así viajar por el mundo como reportero estrella y lograr ser entrevistado en Jot Down, pero no. Mis lectores los primeros que vienen a sabotearme.

    Michel: A mí me pasa lo mismo, no ya con las columnas de opinión, sino con los artículos periodísticos en general que aparecen en la prensa extranjera sobre el país en que vivo. «Sí pero no», es la sensación que me queda siempre. Recuerdo cómo destrozaron en una lista de correo sobre los Balcanes el artículo que publicó en El País un reportero de guerra estrella sobre las elecciones en Serbia. Periodismo paracaidista. Llegar al lugar. Pasearse. Repetir tópicos. Hacer un relato de buenos y malos. Marcharse. Fue divertido ver cómo lo desmenuzaron y dejaron al aire su profunda ignorancia sobre el país. Eso sí, el lector medio quedó convencido de haber leído una pieza de gran nivel.

    Bianka: Yo sueño con leer esa revista. Pero en realidad sueño más con trabajar en ella. Sé que el mundo del periodismo y el papel pertenencen a una lógica marchita, pero hay algo de romántico en ello.

  4. Ah ah ah, bueno, si es por «viajar por el mundo como reportero estrella y lograr ser entrevistado en Jot Down» está más que justificada la búsqueda de mecenas 🙂

    Je, no conozco esa historia en particular del reportero en los balcanes, pero ahora estoy leyendo ¡Noticia Bomba! de Evelyn Waugh. Una satira y caustica comedia sobre periodistas muy divertida.

    El dueño del diario alecciona a su nuevo corresponsal en la guerra civil de Ismailía:

    «En cuanto a la línea editorial, imagino que usted ya se ha formado su propia opinión (…) Unas cuantas victorias aplatastantes, algunos actos de valentía y heroísmo por parte de los Patriotas, y una pintoresca y animada entrada en la capital»

  5. Pero si lo más grande es coger un artículo, de donde sea, y «machacarlo» en las redes… Es lo que tiene más valor. Yo regresaría al viejo mantra de cuando había ética blogger: «la audiencia sabe más que tú». Y por eso se enlazaba a las fuentes y se reconocía, y por eso se dejaban las correcciones a la vista. Corolario: se vindicaba el RSS como el gran formato para estar al día. Así que esa revista existe o existió: ahora todos quieren hacerlo en un flipboard para que te den la jerarquía hecha. Un formato en el que nunca se podrá «machacar» un artículo porque está hecho para hacer lo siempre en una tableta, quitando el inconveniente de tener que llevar papel.

      • Yo sólo he conseguido una vez en mi vida que me paguen un viaje y luego al a vuelta lograr vender un reportaje. Así que gracias, Michel. Tú sí que me entiendes.

        No creo en el reportaje periodístico paracaidista. Creo que es necesario una labor de documentación y de lectura previa muy importante. Viajar al lugar lo haces para captar impresiones de primera mano que ninguna lectura te proporciona y para entrevistar a los expertos del lugar. En cambio, lo que noto en la prensa es demasiados reportajes en los que el autor aterriza en el lugar con sus conclusiones ya asentadas y lo que busca es confirmar sus prejuicios. No lees lo que el autor «ha averiguado». Lees la historia que él quería contar antes de salir de casa. Así que piensas «¿para eso viajó al otro lado del mundo?».

    • Bueno, lobo, te acabas de quedar sin el ‘último de los supporters’ XDD
      Hágase un blog con ‘donate’ y póngase a viajar y escribir!! Gonzalo acaba de responder a mi pregunta del ‘currito’ que escribí más arriba.
      #loscontragolpesnoparan! 😀

      • Mira que lo he pensado. ¿Y si agarro el miniportátil, la cámara de fotos y me pierdo por algún lugar interesante? Lo malo es que no conozco ninguno en el que no corra el riesgo de que me vuelen la cabeza. Será cuestión de pensar bien qué gran historia está a la espera de ser contada.

  6. Pingback: Sigo soñando « El Lobo Estepario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.