Nunca encajé en el estereotipo machista de hombre (un tipo físicamente vigoroso, promiscuo sexual y con la capacidad de resolver los problemas a puñetazos) así que me interesó mucho cuando la descubrí la redifinición postfeminista de la masculinidad hecha por hombres. Aquello me enseñó a estar alerta sobre el sexismo venga de donde venga. Con el paso del tiempo fui siendo mucho más consciente de la tremenda superficialidad de muchas feministas y del rancio sexismo de ideas supuestamente avanzadas.
He redescubierto hace poco a Bill Maher. No me extenderé sobre qué ideas suyas comparto pero me hizo gracia cuando mencionó esos debates televisivos en los que los hombres dicen cosas francamente estúpidas pero políticamente correctas buscando «un gesto de aprobación con la cabeza de las mujeres».