En 1976 el 90% de los rollos de película y el 85% de las cámaras de fotos vendidas en Estados Unidos eran producidos por la empresa Kodak. Hace semanas Kodak se acogió a la protección frente acreedores según las leyes estadounidenses, tras una larga agonía que contrasta con la del otro gran fabricante de película: Fuji.

Fuji precisamente es noticia estos días por el lanzamiento de su sistema de cámaras sin espejo y podría servir de contraejemplo a Kodak de cómo una empresa puede sobrevivir y prosperar ante el ocaso de su modelo de negocio. Kodak y Fuji siguieron caminos diferentes. Kodak se limitó al mercado de cámaras compactas muy sencillas tras una nada exitosa incursión en el mercado profesional, no entrando en el gran mercado de las cámaras para aficionados avanzados, fuerna compactas o réflex.

Posiblemente Fuji pudo hacer una transición más tranquila porque disfruta de la existencia de una base amplia de aficionados a la fotografía analógica en Japón. A ese mercado estaban dirigidas las cámaras de la serie Natura y la Klasse W, que con ese nombre evidentemente juega a asimilarse al prestigio y la sonoridad de las marcas comerciales alemanas: Zeiss, Voigtländer, Schneider-Kreuznach

Fujifilm KLASSE W
Fujifilm KLASSE W

Hoy es conocida en el mundo digital entre cosas por haber metido un sensor de cámara réflex en un cámara digital de lente fija y tamaño compacto. Pocas marcas habían hecho algo parecido (Sigma con su serie DP y Leica con su X1 , si mal no recuerdo). Una cámara no es más que una caja con una lente. Pero Fuji decidió lanzar su X100 con una estética de cámara telemétrica de los años 70. Era una apuesta complicada. Un cámara cara, con las prestaciones de una cámara réflex pero sin la flexiblidad a la hora de cambiar lentes que define a las réflex. Fue un éxito. Y sentó las bases estéticas para la familia de cámaras sin espejo de Fuji que ha iniciado la X-Pro1.

Fuji X-Pro1 (foto: quesabesde.com)

Hace poco al hablar del cambio tecnológico en el mundo de la fotografía apenas dejé apuntado el tema. Me llama la atención cómo triunfa la explotación de la nostalgia en un campo de tantos avances como la fotografía digital. Es interesante porque otros productos tecnológicos explotan el fetichismo tecnológico y se alejan cada vez más de sus formas originales. Los teléfonos móviles dejaron hace mucho la forma de «ladrillo con antena» y en la era de las interfaces táctiles es raro encontrar añoranza por tiempos pasadas (de Lekki hablamos otro día).

Poco después del 2000 me puse a mirar escaparates en búsqueda de cámara. Creo que consulté ya alguna página web entonces. Mi dilema estaba entre una réflex autofocus (analógica) y una Nikon FM2 de segunda mano. Me decanté por la primera por el autofocus, por mi desconfianza en el mercado local de segunda mano y sobre todo porque aquellas cámaras con acabado en metal me parecían cutres frente a la modernidad del plástico. Hoy babeo con la Fuji X100. Pero antes que Fuji, Olympus rescató la estética de las cámaras PEN para lanzar su familia de cámara sin espejo de formato Micro Cuatro Tercios. Nació ese chorro de iteraciones (EP-1, EP-2, EP-3, EP-L1, EP-L2, EP-L3 y EP-M1) que se ha visto coronada por una cámara, la EM-5, que se basa en la estética de las cámaras réflex analógicas de la serie OM, lanzada en 1972.

OM-4 y E-M5 comparadas (foto dpreview.com)

Las cámaras pueden ser una caja con una lente. Da igual la forma. Así que la fotografía busca la magia analógica perdida en la era del Photoshop. Pero no deja de ser curioso que las cámaras más modernas adopten la forma de tecnologías de cuarenta años o más. Y es que no hay nada más artificial, construido, reconstruido y comercializado que la nostalgia, un producto que se manufactura y comercializa.

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3 respuestas a “El futuro de la nostalgia fotográfica”

  1. […] Lobo Estepario explica de modo muy interesante la relación simbólica de las cámaras fotográficas con nuestra concepción de la fotografía: «Las cámaras pueden ser una caja con una lente. Da igual la forma. Así que la fotografía busca la magia analógica perdida en la era del Photoshop. Pero no deja de ser curioso que las cámaras más modernas adopten la forma de tecnologías de cuarenta años o más». ¿Cuando empleamos la palabra cine no hacemos una construcción nostálgica que aspira a persistir en la analogía con la era perdida de las imágenes y las formas de narración y producción de décadas atrás? Hubo épocas en que los actores no querían hacer televisión por una cuestión de prestigio. La pregunta es si esa reacreación bloquea la reflexión y las actitudes críticas para encontrar el espacio de la creación audiovisual – y su financiación – en un tiempo donde los cines no son los sitios donde más películas o creaciones audiovisuales se ven. No hace mucho alguien más hablaba de la superioridad creativa actual de las series sobre el cine. Algo así reflexionaba a medias con Dany Campos el otro día. Yo elegí hace tiempo la idea de videosfera como forma de resumirlo todo. tags: cine, Dany Campos, Lobo estepario, nostalgia, videosfera Anteriores » Recuperar lo obvio: hablando de tecnología, películas y cultura » Sin Comentarios sobre "Nostalgia y significados". Puedes subscribirte al feed de comentarios Si tienes algo que decir, dilo […]

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