Jóvenes artistas, hedonistas y vitales que viven intensamente cada minuto como si no hubiera un mañana, sin reparar en las normas y convenciones de una sociedad en rápida mutación pero lastrada por una moral hipócrita y bienpensante. Alcohol, consumo de drogas, sexo prohibido…
Leía sobre la Factory de Andy Warhol y pensé que ese estilo de vida podría describir perfectamente los valores de ciertos ambientes actuales. Entonces caí en la cuenta de que hablamos de algo que estaba teniendo lugar hace cincuenta años.
Pero ni siquiera Warhol pudo pretender ser original. Baudelaire, Artaud, Rimbaud… pretendían ya en su momento lo mismo. Dos siglos después tenemos desde a postadolescentes universitarios hasta estrellas del rock dando el coñazo con las mismas poses pretendidamente transgresoras. ¿No es hora de pasar página?
Cada uno tenemos la oportunidad de pasar página. Se llama hacerse adulto.
¡Toma!
No sé, yo creía que la gente ya había asumido el todo vale postmoderno y se habían subido todos al carro del refrito sin complejos….
Yo lo que constato es la antigüedad de ciertas ideas que creemos nuevas y transgresores.
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Cuando en Teoría del Arte estudiábamos el Romanticismo, aquel período histórico que comienza a finales del siglo XVIII, el profesor lo llamaba una «era de larga duración» en la que aún estábamos metidos. Porque los artistas actuales, de cualquier tipo, aún siguen teniendo el mismo comportamiento y concepto del arte del siglo XIX.
Efectivamente Lobo, hace más de 50 años que estamos así…