Scott Pilgrim vs. The World

El otro día volví a ver, tras unos cuantos años, Scott Pilgrim vs. The World. Me quedé con la duda de si la primera vez que vi la película me fijé en los mismo detalles de la trama y me pasaron por la cabeza las mismas cosas.

Recuerdo que en un blog anterior llegué a dedicar una entrada al personaje que interpreta Mary Elizabeth Winstead. Y sin embargo, esta vez miré todo con distancia emocional mientras imaginaba la impresión  que me hubiera causado la película en otro momento. La trama de la película presenta a un nini que conoce en una fiesta a Ramona, una chica alternativa, misteriosa y atractiva. Sin que entendamos los mecanismos de la atracción, ella accede  a salir con él y comienzan una relación. Pero entonces Scott Pilgrim descubre que ha de derrotar en combate mortal a todos sus antiguas parejas. La película adopta entonces una estética de videojuego y la historia avanza como tal, con Scott Pilgrim ganando puntos e incluso una vida extra.

Aquí llega el punto en el que miré la película con distancia comparado con la primera vez. Cuando irrumpe cada ex-pareja de Ramona, conocemos su historia en común. Y ahí me pareció un personaje frívolo y superficial que se había embarcado en relaciones por puro aburrimiento, sin faltar la típica historia lésbica pasajera «porque estaba explorando». Entonces llegué el déjá vu. Y me recordé a mí mismo, como el empollón friki que caía fascinado por las chicas alternativas y conflictuadas que eran mi justo opuesto.  Esa clase de chica que explicaba su vida sentimental pasada con la misma frivolidad y el mismo desdén con el que Ramona hablaba de la suya.

Se me ocurrió entonces que la trama posiblemente fuera una enorme metáfora de las experiencias del autor del cómic original. Y como en mi vida real, descubríamos que el personaje de Ramona seguía atada a uno de sus ex-novios. En la película sucede porque tiene un chip implantado en la nuca. Me hizo gracia la ocurrencia. No la recordaba de la primera vez. Me pareció una metáfora que sustituye la clase de excusas que ponen los pagafantas para explicar la situación. Y ahí llegó la epifanía. El pensar que si prescindíamos  de los elementos fantásticos de la película y de sus mecanismos narrativos de videojuego, nos quedábamos con una historia bastante anodina. Ramona ya no me pareció un personaje atractivo. Porque prescindiendo del artificio de la historia y trayéndola a la realidad, era la clase de chica de la que hoy en día saldría corriendo. Y entonces sí. Oí el sonido. «Logro desbloqueado».

2 comentarios en “Scott Pilgrim vs. The World

  1. El cambio de perspectiva que da el paso del tiempo es algo impagable. El volver la mirada hacia atrás aclara mucho los momentos que vivimos entonces.

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