Me sorprendió la victoria de Donald J. Trump, como todos, pero enseguida quedé harto de todos esos análisis de la intelligentsia occidental sobre por qué la clase obrera en Estados Unidos votó mal. Luego me invadió una sensación infantil de gozo ante la perspectiva de un fin del mundo tan inesperado como delirante. «Happy End of the World», como anunciaba Pizzicato Five en 1997. ¿Quién siendo niño, no soñó que todo terminara terriblemente mal para formar parte de la Alianza Rebelde o la Resistencia? No creo que haya friki en el mundo que no haya albergado fantasías madmaxistas y survivalistas.
Tanta condescendencia europea hacia eso paletos estadounidenses, que no saben ni siquiera elegir al presidente correcto entre dos opciones, esconde que el verdadero peligro vendrá de Europa en 2017. Se avecina una tormenta. Veremos el auge de partidos euroescépticos y xenófobos amigos de Putin que pondrán la Unión Europea patas arriba. Alguno dirá que eso es bueno. Pero yo soy bastante pesimista sobre el futuro de Europa Occidental por razones políticamente incorrectas de decir aquí y ahora.
Creo que buena parte de culpa de todo lo tiene la izquierda. Y es irónico que quién mejor haya diseccionado el triunfo de Trump haya sido «Jonathan Pie», el irreverente periodista creado por el actor británico Tom Walker. Dice mucho del actual estado de los medios de comunicación que pocos se molestaran en buscar en Internet para descubrir que es un personaje de ficción antes de presentarlo como el monólogo de un periodista británico.
Es cierto, se avecina tormenta, y buena parte de la izquierda sin chubasquero.
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