Creo que nunca tuve pretenciones de novelista serio. Siempre quise escribir historias en las que, como dijo José Perona, «pasan cosas». Entre ser el celebérrimo autor de una novela aclamadísima por la crítica que ahonda en las profundidades del alma y ser el desconocido que escribe con pseudónimo novelas con una legión de de fieles lectores frikis, me quedo con lo segundo. Así que ha sido una sorpresa descubrir la figura de Gérard de Villiers, autor francés de una larguísima saga de novelas de espionaje. La primera se publicó en 1965 y la última, ¡la 196ª!, en 2013.