WordPress me avisó el otro día que hace 16 años creé este perfil de usuario. Considerando que arranqué a escribir este blog el 1 de septiembre de 2011 encontré extraña la brecha temporal. Luego caí en la cuenta que posiblemente creé el perfil para escribir otro blog ya borrado y desaparecido.
La secuencia temporal fue algo así: la noche del 29 de febrero de 2004 comencé mi primer blog, titulado «El Lobo Estepario«, cómo no. Fue la botella con mensaje lanzada al mar por un chico de provincias agobiado por la depresión y la soledad en Madrid. Por octubre de 2004 tenía cierta audiencia y había contado tantas cosas personales que decidí era hora de empezar de nuevo. Borré casi todo las entradas sobre asuntos personales y me centré en asuntos relacionados con mis intereses académicos, lo que me llevaría en mayo de 2005 a crear un blog específico que aún existe. Pero no pasó tiempo sin que sintiera la necesidad de crear un blog personal. No me acuerdo el nombre que le puse. Sólo sé que en aquel momento de mi vida necesitaba hacer balance autocrítico. Recuerdo escribir sobre mi pagafantismo, siendo honesto con mi estupidez e inmadurez. Aquellas entradas hablando de mi pasado no le hizo gracia a la novia que tuve entre 2005 y 2007, a la que le molestó que ella no fuera la protagonista de ningún relato personal. Yo siempre le dije que debía sentirse afortunada de no aparecer en aquella serie de ajustes de cuentas con mi pasado pero ella estaba convencido de que había ejercido con ella la «damnatio memoriae«.
Así llegamos a la fecha de enero de 2008. Según le consta a WordPress, yo cree un nuevo perfil. No tengo memoria del hecho, pero lo puedo relacionar con el hecho de que en octubre de 2007 aquella novia y yo rompimos por segunda y definitiva vez. Teníamos en aquel entonces algo que parecía más una situationship que otra cosa. Recuerdo que la llamé desde el velatorio de mi abuela materna para contarle que dada la situación estaba bien. Dada mi relación con aquella abuela, fue un hecho devastador. Pero quería transmitirle a aquella chica que seguiría adelante y que no tenía que preocuparse por mí. Entonces dijo algo así como «cuando vengas a Madrid, tenemos que hablar». Y yo entendí que lo nuestro había acabado.
Confieso haber cometido el error de haber entrado en el blog de aquella ya exnovia más de una vez después de la ruptura, encontrándome algún recado nada sutil para mí. Yo en cambio no estaba por la labor de jugar a ese juego y supongo que borré mi blog, que siendo anónimo era conocido por gente de mi entorno. Mi experiencia con los blogs anónimos es que aportan una enorme libertad para expresarte pero tarde o temprano escribes algo de lo que te sientes especialmente orgulloso o que ayuda a los demás a entenderte mejor, por lo que terminas compartiendo a más gente de lo debido. Hasta que llega el momento en que pesa como una losa saber que tienes entre tus lectores a muchos conocidos. Entonces borras y empiezas de nuevo.
Así que supongo que en enero de 2008, meses después de romper mi relación más larga hasta la fecha, comencé un nuevo blog. Creo que su título fue «Trazando Mapas«. En algún lugar debo guardar una copia en formato XML. Y juraría que llegué a rescatar algún texto para este blog. Al año siguiente conocí a alguien y empecé una relación que terminó a finales de agosto de 2010. Ella había dejado algunos comentarios en aquel blog. Y como en la anterior vez quería poder expresarme libremente sin sentir ninguna presión porque una expareja, con quien no terminaste en buenos términos, te lea.
Y finalmente llegamos al 1 de septiembre de 2011. Donde empezamos de nuevo. Y con una certeza. De que lo haría todas las veces que hiciera falta. Han pasado más de doce años completos y por el camino los blogs dejaron de estar de moda. Primero frente a una red social como Facebook y luego frente a otras como Twitter, Instagram y TikTok. Todo fue haciéndose más breve, inmediato, visual y superficial. Así que yo, que soy a estas alturas todo un señoro, me reconforta poder escribir libre y anónimamente. Apenas tengo interacciones con los lectores. Si es que hay alguien ahí fuera que me lea a estas alturas tras mucho tiempo sin publicar con frecuencia. Espero que 2024 sea un año en que lo haga de forma más frecuente.
Replica a El Lobo Estepario Cancelar la respuesta