Conocí la historia de Pablo Escobar vía la edición española de Killing Pablo de Mark Bowden, el autor de Black Hawk Down. Y hace poco vi el documental colombiano Los tiempos de Pablo Escobar. Así que cuando llegué a Narcos me sentí decepcionad con ese tono ligero con el que parece que trata de contar una versión for dummies de acontecimientos reales densos. Diego Manrique va más allá en El País criticando que la serie tiene un punto de vista gringocéntrico en el que los personajes locales quedan reducidos a secundarios planos.
Para mí chirría mucho la elección para interpretar a Pablo Escobar de un actor brasileño, a Walter Moura lo conocimos en Tropa de Élite, que no habla español con natularidad y a veces suena hasta incomprensible. Resulta que el personaje real tenía un acento característico que da idea del conflicto social de fondo. Pablo Escobar, con su acento paisa, era un provinciano que desafía a las élites tradicionales del país. Precisamente la forma de hablar de Pablo Escobar en la serie colombiana El patrón del mal se convirtió en una de sus señas de identidad.
Solo he visto un par de escenas de «Narcos». No he visto más porque fue escuchar a Walter Moura, con ese acento que no tiene nada que ver con Escobar, y ponerme a ver otra cosa.