William Gibson y la postmodernidad postcyberpunk

El primer libro que he comprado para mi nuevo Kindle es «Rewired», una antología de relatos postcyberpunk. Lo escogí no tanto para entrar en discusiones sobre el sentido de esa clase de etiquetas, sino por la carga simbólica del cacharro.

Estos días estoy releyendo «Postmodernidad» de David Lyon, una de esas «guías básicas» a las que conviene volver una y otra vez como punto de partida de un camino en una nueva dirección. Y me ha llamado mucho la atención la reseña hecho por Asunción Álvarez de «Pattern Recognition», la primera novela de la trilogía que acaba de cerrar William Gibson y en la que desde su punto de vista privilegiado disecciona cosas que a mí me pasaron bastante desapercibidas.

Todo menos los libros

Cuando descubrí Internet allá por 1994 mis primeras búsquedas de información fueron sobre hackers, literatura ciberpunk y manga. Ahora muchas de aquellas cosas resultan añejas y propias de una época, como el concepto de «cibercultura» o mis lecturas de Derrick de Kerckhove y Mark Dery.

De aquellos tiempos recuerdo una entrevista a William Gibson de 1995 que milagrosamente ha sobrevivido en Internet en su formato original. Recordaba Gibson:

I was watching CNN during the riots of Los Angeles a couple of years ago and they were showing video footage of a mob looting a Radio Shack. Running out of the Radio Shack was hi-fis, video cameras and everything they could pick up. But the Radio Shack was right next to a Macintosh dealership which had powerbooks in the window. And it was untouched. So here these incredible valuable portable very, very powerful computers was sitting untouched behind an unbroken shop-window while the poor people steal Sony Walkmans.

Tras los recientes disturbios en Inglaterra, donde se produjeron saqueos en establecimientos comerciales, los portavoces de las cadenas de librerías Waterstone’s y W H Smith informaron que no tenían constancia de que alguno de sus establecimientos hubiera sufrido daños.